Voy a contar nuestra historia. En EOI, en abril de 2009 se decidió, desde Dirección, buscar una herramienta
para compartir conocimiento entre los empleados de la
Escuela. EOI tiene tres centros de trabajo, dos de ellos en Madrid y uno
en Sevilla, y una plantilla de 140 personas. La
plantilla es, por término medio bastante joven, pero hay de todo, pues
se trata de una Fundación del sector público con 55 años de historia.
Puedes imaginarte las dificultades de generar participación en este tipo
de estructura, pero, simplemente, fue una decisión de Dirección para
mejorar la comunicación interna, no fue, precisamente, una demanda
nacida desde abajo.
Se optó por Yammer, como solución, por su sencillez, privacidad
y facilidad de uso; y, también, porque nos permitía una implantación
inmediata. Inicialmente con una cuenta gratuita, que enseguida pasó a
ser de pago, nos cuesta 1$ por persona y mes, es decir, 1.250€ por año
para toda la estructura. El coste no es importante, si se usa, claro.
Hoy comprobamos que existen soluciones mejores, caso del Zyncro de Didac Lee, que viene a solucionar una carencia de Yammer: la adecuada gestión de los archivos.
También hay variantes en software libre que nos
encantaría poder tener, pero ya somos prisioneros de Yammer
porque hemos soportado una curva de aprendizaje larga y desigual, y no
podemos permitirnos el lujo de hacerlo otra vez. Si bien es cierto, que
Yammer comienza a quedarse corto para todos los propósitos que tenemos
respecto a él.
Del mismo modo que que la instalación fue una decisión de la Dirección de la Escuela, fue también desde ahí de donde se animó, y
todavía se anima, aunque ya no tanto, a usar la herramienta.
A día de hoy más de 100 personas de nuestra plantilla escriben habitualmente en el microblog corporativo, se discuten
temas de gestión o de conciliación laboral, y, hasta se sube diariamente
el menú del restaurante. Tenemos 50 nuevos mensajes cada día y 20 grupos
de discusión
que van desde los procedimientos administrativos
hasta la propia presencia en redes sociales de EOI.
La transparencia y la colaboración entre departamentos ha mejorado notablemente, no por el hecho de
disponer de un sistema para compartir conocimiento, sino más bien por el
uso que se le está dando. Cada persona está definiendo el uso que hace
de la herramienta, y decide que debe y que no debe escribir. La regla
del 1% de generadores de contenidos no se cumple en este ámbito, puesto
que la participación es mucho mayor. Yammer se utiliza
como un espacio digital de comunicación de estructuras reales de la
empresa (Comité de dirección, Comisión de comunicación,…), como lugar de
discusión de estructuras informales, a nivel colectivo e individual
(Usuarios de Mac, Androides,…).
En muchos casos, los usuarios son personas que jamás habían escrito en un blog, en un foro o en una red
social
; de modo que un efecto colateral está siendo la pérdida
del miedo a participar y colaborar en redes sociales, y empiezan a
aparecer usuarios de Twitter, de Facebook
o blogueros en lugares en los que jamás lo habríamos imaginado.